sábado, 9 de febrero de 2013

FUGA

FUGA
Tomado de ORLANDO BETANCUR, “Poetas del Citará, antología de poetas betaneños”, pag. 111

¡AY Pedro!
Van a volver;
¡apúrate hombre!
Si nos encuentran te matarán,
Nos matarán, empaca todo.

¡ay!, la finquita
Con la cosecha apenas empezando.
El rancho, que tristeza,
Tan bello que es mí rancho.
Échame el cuadro de la inmaculada…
Ay virgencita
¿Qué crimen cometimos?
Mis padres siempre me enseñaron
Que la hospitalidad era sagrada
¿por qué ahora se convirtió en delito?
 Nos echan por recibir los otros
¿Qué más podíamos hacer?

Las gallinas, Pedro las gallinas,
No hay tiempo de cogerlas…
Todas poniendo
Y la saraviada como está de gorda.

¿y Mirringo? Donde estará el maldito gato?
El niño se va a morir si lo dejamos.
¡ay Pedro! Que vamos a hacer?
No tenemos a donde ir
¿Qué vamos a hacer Pedro?
Pero apúrate hombre
¡Vámonos!

TERCERA EDAD

                TERCERA EDAD 
Autor: ELEAZAR URIBE CORREA

Tercera edad que cosa tan verraca, oímos con horror las tristes quejas.
Con los años sabemos… solo crecen las ganas de vivir y la orejas.
Lo que era un chorro apenas goterea, la Próstata y Matrices en desuso, relinchos de caballo emasculado ni en la cuenta siquiera “echamos chuzo”
Exposición de prótesis tremenda: pelucas, ojos de vidrio, cajas silbadoras, marcapasos, muletas y pañales, sillas de ruedas, fajas opresoras.
Nada de tos tosferina ni viruelas; solo artritismo, el asma, la sordera, arrastre de pantuflas en el piso, cantaleta babosa, la chochera.
El pasado muy fresco y detallado y amnesia del presente, ¡qué jartera! Sabemos de memoria el catecismo y olvidamos guardar la billetera.
La pipiola nos mira maliciosa y nos calcula el revuelco la muchacha y cuando estamos bien emocionados se nos olvida pa´ que es la cucaracha.
Y si es la vieja la que está en el brete y el fulano la invita a ciertas fugas, se encuentra en los hechos deliciosos, buscando soluciones entre las arrugas.
Las gafas, la calvicie, las manchas agoreras, muchos pelos crecidos, colgandejos, una sonrisa idiota de experiencia y una cara completa de pendejos.
Preferimos ser viejos ¡qué carajo! Que nos quiten eso de tercera edad, “estamos jubilados”, eso es cierto pero no de nuestra propia actividad.
No nos declaren viejos por decreto, que nos venga el deterioro natural, tiremos hasta donde alcance la cabuya y luego… ¡que culillo! – al funeral.
Que nos inviten a tomar tibio coñac, jugarreta de billar, pescar doradas, pero no nos cojamos de las manos ni cantemos tantas maricadas.
Si nos choca ser los protegidos y gozar ahora de tanta bondad, es síntoma claro que estamos llegando con muchos caprichos a la cuarta edad.
Tomado de ELEAZAR URIBE CORREA “Poetas del Citará, antología de poetas betaneños”  pag. 81, 82, autor