martes, 5 de febrero de 2019

EL CILICIO

Por: Omkar Avel


VENTA DE CILICIO
Cliente Penitente, pecador: “Ave María Purísima”
Respuesta del religioso: “Sin pecado concebida
El penitente da su clave: “¿Su caridad, podría Usted ayudarme en un pequeño problema?”
En ese momento el Religioso entiende que el penitente quiere comprar un cilicio y le enseña varios modelos, le da los precios, le explica la forma de pago y así cierra el negocio.
El pecador sale contento con su nueva adquisición.


¿QUÉ ES UN CILICIO?
Un CILICIO es un instrumento para mortificar el cuerpo. Es un tejido compuesto por decenas de pequeñas púas, para ser usada por dos horas o según prescripción del Director Espiritual, el modo de usarlo es en la pierna, propiamente en el muslo, ellos recomiendan con las púas rosando la piel, así pinchan, causan dolor y en pocas ocasiones un pequeño sangrado, creo yo, que la mejor forma de usarlo es al revés, así no daña la piel, pero puede arruinar las ropas, así que lo mejor es no usarlo para no dañarse a sí mismo ni dañar las cosas. Este artificio ha sido usado desde la antigüedad por monjas de clausura, también ha sido usado por los agregados, numerarios, supernumerarios y demás apostolados del Opus Dei, así como cristianos simplemente que quieren con esta estúpida practica expiar los "pecados" (sí, entre comillas).

JUSTIFICACIÓN DEL USO DEL CILICIO
Quienes defienden el uso de este artefacto dicen que es para imitar a Cristo en su dolor cuando estaba siendo crucificado, y es un dolor que el penitente debe buscar e infligírselo “libremente”, algunos dicen que es puro masoquismo, pero quienes lo defienden sostienen que no es masoquismo porque no les da placer, y que eso solo es el deseo de encontrase con Dios a través del dolor, argumentando que así Jesús nos buscó a nosotros por medio su crucifixión en la cruz, esta argumentación se sale de toda lógica, y se hace meritorio de publicarlo en el blog Absurdos y Espiritualidad.